domingo, 15 de noviembre de 2015

Terror y fútbol

¿Cómo hacer una nota de un partido entre dos campeones del mundo, mientras afuera del estadio cinco personas perdían la vida y a pocos kilómetros, en la misma ciudad, decenas de parisinos caían muertos o heridos ante la insania fundamentalista de algunos miembros del Estado Islámico (EI)? ¿Es posible señalar que este viernes, en el Stade de France, en Saint Denis, al norte de Paris, la selección local derrotó a Alemania 2-0 en partido amistoso de preparación rumbo a la Eurocopa del próximo año; mientras Europa se pone en alerta máxima y se cierran la mayoría de fronteras a la tragedia de los refugiados sirios? ¿Cómo se hace para destacar la actuación de Anthony Martial este viernes si al día siguiente el presidente frances, Francois Hollande, promete una "respuesta despiada" ante los 129 muertos y 352 heridos que dejaron los atentados reivindicados por el EI? ¿De qué forma describimos el gol de Giroud a los 45 minutos del primer tiempo, mientras nos enteramos que aquellos terroristas eran jóvenes franceses de origen musulmán, quizá resentidos ante la imposibilidad de adaptarse a una sociedad francesa con partidos islamofóbicos como los ultraderechistas de LePen, jóvenes que viven en guetos y que sólo en las mezquitas se sienten parte de un verdadero grupo y se convierten en fáciles víctimas de imanes que los convencen de formar parte de la yihad o guerra santa? ¿Cómo explicamos el trámite de un partido que no será recordado por el juego, sino por el terror que se vivió en Paris aquella noche, mientras aviones franceses bombardean posiciones terroristas en Siria, Irak, Afganistán, Mali, Yemén, Somalia, Libia y otros países, donde diariamente muere gente inocente y donde las bombas, como el viernes en París, no discriminan entre grandes y chicos, entre culpables e inocentes? ¿Cómo es posible hablar del segundo gol francés anotado por Gignac a los 42 minutos del segundo tiempo, si diariamente somos indiferentes ante una Siria que hace cinco años se desangra, con más de 250 mil muertos, 4 millones de refugiados, 7 millones de desplazados internos, entre otros aterradores datos?

Al final del partido la gente tuvo que bajar a la cancha por medida de seguridad
(Foto: @luciebacon)

No es este espacio el correcto para entender por qué tanto interés de los occidentales por controlar esa región que es la principal zona de paso del petróleo y gas árabe. No vamos a explicar acá por qué los aliados occidentales crearon el estado de Israel para tener un aliado estratégicamente ubicado. No vamos a hacer entender a nuestros lectores desde acá que lo que sufrió Francia este viernes, lo sufren a diario decenas de países africanos y asiáticos, hace un siglo, por conflictos internos con bandos apoyados militarmente por EEUU y Francia.

Debíamos hablar de fútbol, del partido, del riesgo que sufre la Eurocopa 2016 en Francia con estos ataques, de los hinchas saliendo del estadio cantando La Marsellesa. Pero lo del viernes pone al fútbol de lado. Porque si somos tan indolentes como aquellos drones que bombardean escuelas u hospitales, entonces somos tan asesinos como los que los dirigen. Porque si nos quedamos callados y somos indiferentes ante la violencia e injusticia que rige al mundo en las últimas décadas, entonces somos tan culpables como Asad, Hollande, Obama o los desquiciados del EI.

Momentos de terror se vivieron el Stade de France el viernes (Foto: AFP)
Ayer Bashar al Asad (presidente de Siria que debería estar preso en su país por asesino) recibía a una delegación de diputados franceses (aquellos que aprueban la intervención y bombardeos en otras naciones) en la capital de Siria, Damasco, con la siguiente frase: "Francia conoció ayer lo que vivimos en Siria desde hace cinco años", y agregaba: "Las políticas equivocadas de los estados occidentales, particularmente de Francia, hacia los acontecimientos de la región, y el apoyo de un número de sus aliados a los terroristas son razones que están detrás de la expansión del terrorismo". Razón no le falta.

Mientras tanto, nos olvidamos del fútbol. Lo sentimos. Para la próxima será.

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