domingo, 15 de noviembre de 2015

¡Feliz cumpleaños Ibis!, que sigan los ¿éxitos?

Cuando de chiquitos nos preguntaban qué queríamos ser de grandes creo que todos los varones respondíamos “futbolista”. Es casi genético que desde chiquitos llevemos el fútbol en nuestros pensamientos. En el patio del colegio poníamos dos mochilas que hacían las veces de arcos y le pedíamos al señor del kiosko la chapita destapada de la botella de Watts para que sirva de pelota. Los líderes de cada bando del salón armaban los equipos, y todos nos lanzábamos a una reñida disputa pseudo futbolística en busca del triunfo. Corrección. No todos. No Mauro Shampoo.

Es cierto que en casi todos los deportes existen tres resultados posibles: ganar, empatar y perder. De no existir esas condiciones no tendría sentido hacer deporte con el espíritu de competir. Pero qué pasaría si vas a saltar a la cancha sabiendo que vas a perder, y que el siguiente partido pasará lo mismo y así sucesivamente durante tres años y once meses. Nadie soportaría tamaña humillación. Mauro Shampoo lo hizo. Obviamente tamaña hazaña sólo podría lograrse en el peor equipo del mundo: el Ibis Sport Club.

Ibis Sport Club: Pior time do mundo

En el Ibis llevan su escudo con orgullo (Foto: futbolsapiens.com)
El Ibis Sport Club fue fundado el 15 de noviembre de 1938 por la Compañía de Seda y Algodón de Pernambuco en Recife, Estado de Pernambuco, al noreste del Brasil y desde esa fecha juega siempre en la Segunda División del Regional Pernambuco. Desde su fundación hasta el 2009 había recibido 3550 goles y sólo había marcado 62. En el 2012 defraudó a parte de su hinchada al obtener el decimotercer puesto en el Campeonato Regional por encima del Ferroviario y el Atlético Pernambucano, generando algunas quejas por la “buena campaña”. En junio de 2013, con motivo de la Copa Confederaciones jugada en Brasil, el presidente del club, Ozir Ramos Jr. postuló a su equipo para un entrenamiento con España, debido a que el Ibis podría estar en un nivel parecido a un rival del grupo de España en dicha copa: Tahití.

No es un cliché eso de ser el peor equipo del mundo. Es realidad. En el 2001 fue nombrado por el Libro de los Récords Guinness como “el peor equipo del mundo”, cosa que llevan con orgullo en su escudo.

Su apodo de “pior time do mundo” lo tiene bien merecido ya que en la década del 80 pasó 3 años y 11 meses sin un triunfo. Fueron 55 partidos, 48 derrotas y 7 empates. Y fue a principios de esta racha que nace una estrella en el Ibis: Mauro Shampoo.

Mauro Shampoo: un gol en diez años

Mauro Texeira, o Mauro Shampoo para los amigos, nació en 1956 en Recife, Brasil. Pobre desde niño, tuvo que lustrar zapatos y vivió durante mucho tiempo en la calle. Como buen brasileño, su pasión era el fútbol y ya que no era muy habilidoso con la pelota, sólo el Ibis le dio la oportunidad de desarrollarse como futbolista “profesional”. Llegó al club de sus amores a inicios de los 80 cuando empezó la recordada racha que les valió el récord, pero eso no amilanó a Mauro; por el contrario, lo fortaleció a tal punto que se quedó en el Ibis durante 10 años en los que logró un nuevo récord: sólo convirtió un gol.

Mauro Shampoo en su peluquería (Foto:aguantenche.com)

Fue al Ferroviario de Recife. Obviamente, dada la reputación del club, dicho gol no podía ser parte de una victoria, fue en una abultada derrota por 8 a 1. A Shampoo eso no lo amilana, feliz cuenta cómo fue su gol ante un rechazo corto del arquero contrario. Lo gritó con el alma. El único grito de gol de su vida. Las derrotas no importaban. “Cuando llegaba a casa tras un partido mi mujer me preguntaba cuánto quedó el partido”, dice Mauro. “Yo le decía perdimos 7 a 0…8 a 0…6 a 0, a la semana siguiente lo mismo y así siempre…un día llegué a casa y cuando mi esposa me preguntó cómo me fue yo levanté los pulgares de ambas manos y ella dijo: ¿empataste 1 a 1?...No, le contesté. Perdimos 11 a 0”, señala Shampoo sonriente.

Ni con todos ellos en cancha lograrían un triunfo (Foto: taringa.net)
Una década vistiendo las sedas del Ibis y soportando estoicamente tantas derrotas sólo obedecen a un apasionado por el fútbol y por su equipo. Por eso Mauro es ídolo en Recife. Siempre quiso vestir la casaquilla número 10 como sus ídolos Pelé y Maradona, y así lo hizo. Hoy tiene su peluquería donde contesta el teléfono diciendo: “Jugador, peluquero y hombre. El único en Brasil, Mauro Shampoo a sus órdenes”. En el 2006 Leonardo Cunha Lima y Paulo Fontenellele hicieron un cortometraje de su vida; además ha sido entrevistado en múltiples ocasiones por medios locales, nacionales y extranjeros. 

Cada 15 de noviembre el estadio Paulistano, donde el Ibis juega de local, colma sus graderías con 15 mil personas que van a ver perder a su club. Entre ellos está Mauro Shampoo, ejemplo de lo que el fútbol es capaz de generar en los seres humanos. Es cierto, el fútbol mezclado con un poco de afán de figuración y morbo.

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