miércoles, 11 de noviembre de 2015

Fútbol femenino: puro amor al deporte

A pocos días de la segunda fecha doble de las Eliminatorias Rusia 2018, el entusiasmo entre los fanáticos del fútbol crece y no se pierden noticia sobre sus ídolos que empiezan a arribar del extranjero. El aeropuerto Jorge Chávez se ve invadido por hinchas de todo tipo a la espera de siquiera ver pasar a Claudio, a Paolo, a Carlos, al “Loco”; si les levantan la mano son felices, si se las estrechan pueden morirse tranquilos. En una sociedad donde los triunfos, logros y alegrías deportivas son tan pocos, migajas de ilusión llenan el alma de algunos hinchas que no quieren quitarse la venda de los ojos. Mientras tanto, 22 km. al sur de ahí, 13 chicas del Fuerza Cristal se toman la cabeza y se apretujan en un taxi, trepan a alguna combi o le dicen a sus padres que den media vuelta. Acaban de cambiarles la cancha de entrenamiento. De una de grass natural en el distrito de San Juan de Miraflores, tendrán que trasladarse a un campo de pasto sintético (aunque más parece una alfombra mal instalada) de reducidas dimensiones en Surco, para empezar sus entrenamientos. Es domingo. Mientras los ídolos del Jorge Chávez enrumban a casa para almorzar con sus familias y los hinchas felices inundan los Centros Comerciales en busca de un almuerzo reponedor donde intercambien sus impresiones sobre el ídolo que vieron de cerca con su familia; nuestras protagonistas entran a la pseudo cancha y el gesto adusto de la odisea dominical se convierte en una sonrisa de felicidad cuando las pelotas empiezan a rodar. En Surco sale el sol. Cosa curiosa, en el Callao hace frío y el cielo está gris.

El fútbol despierta pasiones en todas partes (Foto: Facebook Fuerza Cristal)

Olienka Salinas es entrenadora del Fuerza Cristal. Ex jugadora de fútbol en Sporting Cristal y Sport Boys; seleccionada nacional, logró el tercer lugar en el Sudamericano de Mar del Plata en 1998 (quedando como segunda goleadora con 7 tantos) y el cuarto lugar en el mismo torneo en el 2003, cuya fase final se jugó en Lima. Empezó a jugar al fútbol a los 5 años en su tierra natal, Chimbote. “Mi papá era entrenador de niños y un día me dijo: juega” nos cuenta Olienka , “yo al principio dije ni loca, pero por seguir a mi padre lo hice” concluye nostálgica. Y así se inició en el fútbol. De niña siempre jugó con varones. A los 13 años cambió de deporte e incursionó en el básquet y el vóley; sin embargo, el primer amor nunca se olvida y, cuando se enteró que había fútbol femenino en Lima, se vino y empezó su carrera profesional como cualquier joven haciendo una prueba en el Sporting Cristal. La eligieron y desde ahí su carrera en el fútbol no para.

Las chicas del Fuerza Cristal se preparan para la Liguilla Final (Foto: RVF)
A pesar del nivel superior de Brasil y Argentina, en esa época (fines de los 90s e inicios del S. XXI), nos dice Olienka , existía apoyo de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) y de Clubes como Sporting Cristal, Universitario y Sport Boys, entre otros. “Muchas chicas éramos profesionales, recibíamos un sueldo, pero sólo en Cristal” agrega. En el resto de clubes el apoyo era en propinas y viáticos; sin embargo, al menos eran los propios clubes los que contaban con fútbol femenino entre sus equipos; entonces la cobertura de los medios existía y algunas empresas se interesaban. En el 2000 Sporting Cristal decidió que no apoyaría al fútbol femenino y cerró su equipo. En los próximos años haría lo propio la “U” y el Boys. Surgieron equipos como Cantera, Maracaná, JC y otros que eran exclusivamente femeninos, pero que no tenían el arraigo de los Clubes grandes del fútbol peruano. Los campeonatos, que antes tenían un gran clásico como el Universitarios vs. Sporting Cristal, empezaron a reducir su llegada a la gente y su cobertura en prensa, y se hacían entre gente solamente ligada al fútbol femenino.

Cuando nada es color de rosa


Cindy Novoa y Even Pizango tienen 20 años. Ambas juegan en el Sport Boys. Ambas también vienen de la selva. Aunque Cindy de Amazonas y Even de Iquitos, en Lima encontraron la amistad, aquella que sólo una pelota puede formar. “Cuando jugaba en mi pueblo con los chicos me di cuenta que sabía jugar, y que me gustaba” dice Cindy, mientras sus piernas no sueltan la pelota e inquieta, quiere escapar de la entrevista para seguir jugando. Even también jugó con chicos al principio; vino a Lima a los siete años y jugó en Cantolao; recién a los 15 jugó con chicas en el Talento Callao.

Ambas han sido seleccionadas Sub 20 de Perú y Cindy ha llegado a integrar la Selección de Mayores que participó en el Sudamericano de Uruguay 2014. Ahora, a sus cortas edades, tienen más responsabilidades y obligaciones de las que deberían, aunque les gusta. También juegan al futsal debido a una beca integral que reciben de parte de la Universidad Norbert Wiener (UPNW). Fútbol, futsal, estudios, Selección. ¿Pero, se puede jugar al fútbol y al futsal? No es recomendable, pero la necesidad genera este tipo de cosas. Para Salinas es duro por una cuestión de tiempos y superficies, pero que es necesario por un tema de universo de jugadoras; es decir, no existe una gran cantidad de jugadoras a nivel nacional (entre otras cosas por la falta de apoyo; es decir, no se pueden dedicar exclusivamente a eso, como en el caso de los varones) y las chicas tienen que dedicarse a ambas cosas.

Even tuvo que dejar la Selección por dedicarse a los estudios. Divide su tiempo entre la universidad, el fútbol y el futsal. Lamentablemente nos cuenta que en su club sólo las apoyan con algunos viáticos y algunas jugadoras tienen que arreglar algún pago por partido. “En el femenino no existen profesionales…no hay sueldos” cuenta con una sonrisa resignada.

Cindy nos confirma lo dicho por su amiga y compañera en el club rosado. “hay talento, pero falta apoyo”, sentencia. Y es cierto, después del boom del fútbol femenino a fines de los 90s, el apoyo desde todos los sectores decayó: los clubes abandonaron a sus equipos, la prensa desapareció del mapa y los aficionados -seguidores de los clubes grandes- perdieron el interés; sin embargo, los nuevos clubes, las redes sociales y el amor al deporte pudieron más y hoy tratan de resurgir a pesar de las adversidades. Puro amor al deporte.

Se cosecha lo que se siembra

Olienka Salinas dirige al Fuerza Cristal (Foto: RVF)
¿Y el problema dónde está? Si bien la FPF ha venido incentivando la práctica de este deporte en la rama femenina, lo hecho no es suficiente ni está rindiendo sus frutos. El calendario establecido por la propia FPF es pospuesto en varias ocasiones por ellos mismos por motivos ridículos. Con decir que Universitario de Deportes, vigente campeón, obtuvo el título 2014 recién en mayo del año en curso. “El campeonato nacional se para por los entrenamientos de las selecciones mayores, sub 20 o Sub 17 y cuando juegan los varones nos cierran la Videna” nos dice Olienka Salinas, refiréndose a los entrenamientos de la Selección Mayor de Fútbol comandada por Ricardo Gareca. Esto último también nos lo confirma Cindy Novoa: “A veces nos dan el campo, llegan los mayores (los varones), que nunca han ganado nada, y se agarran la Videna y no nos dejan pasar”. Berioska Castro, jugadora de la U y también jugadora de futsal becada por la UPNW agrega al respecto que cuando estaba Sergio Markarian no las dejaban ni entrar, pero con Bengoechea algo de espacio les daban.

En la actualidad el Campeonato Metropolitano de Lima, cuyo campeón se enfrenta al campeón de las regiones, se encuentra de para por la preparación de las selecciones Sub 20 y Sub 17 que participarán en torneos sudamericanos próximamente, y la fecha tentativa para el reinicio de la Liguilla Final, que contará con 10 fechas, es este domingo 15 de noviembre. Es decir, el campeonato 2015 terminará en los primeros meses de 2016.

¿Y a la Selección cómo le va? Mal. Muy mal para ser realistas. En los tres últimos torneos Sudamericanos la Selección de Mayores fue eliminada en primera fase y las selecciones menores corrieron parecida suerte. Es decir, las buenas intenciones no generan resultados.

Así las cosas, parece incierto el futuro del fútbol femenino. Prueba de ello es la triste campaña de la "U" en la Copa Libertadores jugada en Colombia hace algunas semanas. Mientras los clubes no apoyen a sus futbolistas y la FPF no vaya más allá de buenas intenciones, el presente y futuro de este deporte quedará en manos (y piernas) de algunos clubes, sus nóveles directivos, algunos socios de clubes grandes que piden permiso para usar el nombre de estos clubes, y sobre todo de estas chicas que sacrifican horas de sueño, estudio y tiempo con sus familias para dedicarse a lo que tanto aman. Como nos dijo Cindy Novoa, “nosotras jugamos porque nos gusta, en el fútbol femenino es amor al deporte”. Pero no se puede vivir del amor…¿o sí?

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