sábado, 14 de noviembre de 2015

No estamos muertos (todavía)

En el fútbol como en cualquier otro deporte, el triunfo siempre te brinda una alegría difícil de explicar. Una vez que culminó el partido contra Paraguay, el hincha peruano se emocionó, celebró, se abrazó y destacó a su selección. Sin embargo, ya pasadas varias horas del final del partido, ese mismo hincha llega a la conclusión de que la victoria lograda no nos acercó a la clasificación del mundial 2018, sino más bien que no nos alejó tanto de la muy probable eliminación. Es otras palabras, aún no estamos muertos.

Tapia fue una de las figuras del partido (Foto: elcomercio.com)
El nombre de Pizarro sorprendió e indignó a muchos mientras escuchaban la formación de Perú. Pero al verlo en la alineación acompañado de Guerrero, Farfán y Yordy Reyna, la molestía se convirtió en aceptación. Tocaba salir a matar, a plantear un partido similar al de cuartos de final contra Bolivia en la Copa América pasada. Si se conseguía el gol pronto, el partido se abría para Perú y podía aprovechar la contra y cerrar el partido. La combinación entre los 4 de arriba o algún desborde, producto de la técnica de uno de estos, nos haría gritar un gol. Este posiblemente era el plan de Gareca.

Pero el talento no vino del bloque ofensivo peruano sino de la volante. De un jugador que tiene 20 pero que juega como si tuviera la experiencia de un jugador de 30 o más años. Renato Tapia fue la figura de Perú junto con Farfán. Bajaba a apoyar a los centrales. Ganaba por arriba. Sabía cuando tocar por los costados, cuando buscar el espacio libre y cuando bajar la pelota para no arriesgar. Un volante mixto completo que tras pase de Advíncula tuvo la destreza de llevar a dos paraguayos y desequilibrar, hacer salir a los centrales albirrojos para luego patear y, tras un par de rebotes, tocársela a Guerrero. Este vió libre a Farfán, quién paró la pelota y remató para el gol peruano. La primera parte del plan había funcionado. Gol a los 20 minutos de Perú, tocaba una contra para cerrar el partido.

Farfán anotó el único tanto para Perú (Foto: andina.com.pe)

Y aquí nuestra seleccion quedó en falta. No supimos como hacerle llegar la pelota a nuestro 9. Tampoco tener la paciencia para armar una jugada que habilite por los costados a Yordy o Farfán y así generar jugadas de peligro. Las pocas que tuvimos luego del gol no se concretaron. Si en una pelota parada llegaba el gol paraguayo o si el árbitro no hubiera cobrado una falta inexistente que salvó a Penny de cometer un blooper, el futuro muerto en estos momentos, ya estaría agonizando. Pero no se dio. Y ya tantas veces hemos usado ese hubiera (si no hubieran expulsado a Cueva, si no hubieran expulsado a Zambrano) para acompañar el usual "casi" o para imaginarnos un empate o un triunfo en algunas de las últimas derrotas que es mejor dejar, por ahora, esa palabra para el cuadro de Ramón Díaz. 

El segundo tiempo fue peleado en la mediacancha y de poco espectáculo para el futbolero de cualquier otro país. El mejor cambio del cuadro guaraní fue Bobadilla, quien complicó a los centrales peruanos, pues aguantaba bien las decenas de pelotazos de los paraguayos. Sin embargo, Zambrano y Ascues tuvieron una buena actuacion impidiendo que la pelota llegue con peligro al arco de Perú.

Sufrimos, sí, pero sin colgarnos del arco. De locales y con nuestros titulares somos mejores que Paraguay, Bolivia y Venezuela, de eso no quedan dudas. El objetivo es ser el mejor equipo de ese grupo de las 4 selecciones eliminadas anticipadamente. El resto está por encima de nosotros, tanto individual como colectivamente. No obstante, cada partido nos puede salvar de una muerte prematura. Iremos contra las apuestas a Bahía. El scratch, que empató con Argentina en Buenos Aires, es amplio favorito para ganar el partido. Pero estos 3 puntos nos mantienen en competencia. No miremos la posición en la que estamos, miremos a cuántos puntos estamos de ese inalcanzable 5to lugar. Sigamos peleando contra la lógica.

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