Tras dos fechas de eliminatoria, muchos ya cuestionan la continuidad de Ricardo Gareca. (Foto: libero,pe) |
Han pasado casi dos semanas de la
derrota peruana ante Chile en el Estadio Nacional por 4 a 3. Una derrota que
nos hizo olvidar en 90 minutos la buena actuación de la selección en la Copa
América, que nos devuelve las dudas, que nos hace discutir sobre quiénes deberían
ser los titulares, quiénes los reemplazantes y hasta preguntarnos si debería
continuar Gareca en la selección.
Nosotros, los generales después
de la batalla, alabamos el juego peruano frente a una Colombia deslucida, cuyo
juego contrastaba con el grato ambiente de Barranquilla, un juego opaco que
logramos superar pero que no alcanzó. Sin embargo, el optimismo aparecía. El
fútbol, siempre cruel con nosotros en los últimos años, nos envolvía con una
nueva esperanza. Pero apareció el enemigo. Y es que muchos prefieren llamarlo
así, cuesta decir que Perú jugaba contra el campeón de América, contra el mejor
equipo de la historia de Chile y sin dudas, la mejor selección de Sudamérica en la
actualidad. Mejor decirle el enemigo, el clásico rival. Inconsciente o tal vez conscientemente
nos satisface nombrarlo así, nos pone a su nivel y eso nos hace sentir mejor.
Chile nos superó y no nos
respetó. Se tomó un descanso tras el 4 a 2 y prefirió no golearnos. De eso nos
encargamos nosotros mismos. El vendaval que esperábamos llegue como casi
siempre a mitad de las eliminatorias apareció a minutos de terminado el
partido. Preguntas ofensivas, rumores sobre la renuncia de Gareca, sus posibles reemplazantes, primeros
planos al llanto de un niño saliendo del estadio. Periodistas que son fanáticos
y fanáticos que intentan ser periodistas. La hojarasca de la que tanto habló Markarián
aparecía cubriéndonos. Nos tocó perder de nuevo y la creatividad peruana nos
lleva a idear nuevas formas de asumir la derrota. No importa. No aguantamos tantos días
sin fútbol de eliminatoria, mientras llega la fecha de noviembre toca mirar el
partido de Perú versus Perú.
El partido contra Paraguay será clave para Perú. (Foto: depor.pe) |
Dos derrotas en noviembre
sepultarían a la selección. Sería matemáticamente posible clasificar pero
socialmente imposible. El ruido y la furia de los de afuera entrarían asolapados
a la cancha, en la cabeza de cada uno de los jugadores, los que estaban y los
que vienen. Tocará perder de nuevo y las piedras irán hacia los actores. La
responsabilidad de los de afuera será dicha luego, casi al final, silenciosamente,
entre murmullos. Toca apoyar sin perder la capacidad de análisis ni crítica,
pero con menos protagonismo. Entendamos que los espectadores somos nosotros y
que si la obra no nos gusta, nos toca criticarla sin pararnos al frente. Que no
nos gane las ganas de ser parte del show.
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