Cuando uno es chico y mira por TV a sus ídolos no logra concebir de qué manera aquellos seres inalcanzables pueden lograr todo lo que logran y ganar todo lo que ganan. Uno ríe, goza, se emociona y llora con el sino de estos personajes que marcan la vida y quizá el futuro de la gente. Lewis Hamilton lo sabe. Porque este domingo alcanzó el nivel de su ídolo, Ayrton Senna, y va rumbo a convertirse en leyenda. ¿Cómo suceden estas cosas? ¿Cómo el chico que se subía a su kart en el circuito de Hertfordshire y jugaba a ser Ayrton hoy es tan ídolo como su ídolo? ¿Cómo es posible que ahora los chicos de Hertfordshire e incluso algunos chicos de Sao Paulo jueguen a ser Lewis?
Porque disfruta cada carrera, porque no ha perdido esa emoción que hace de cada carrera y de cada nuevo título “el mejor momento de su vida”, como gritó entre lágrimas tras cruzar la bandera a cuadros en primer lugar en el Circuito de Las Américas, este domingo, en Texas y así obtener el tricampeonato del mundo de la Fórmula 1. Tres como Senna. Sí. Tres como su ídolo.
Hamilton celebra el tricampeonato en lo más alto del podio. (Foto: Sutton Motorsport Images) |
43 victorias (dos más que Senna), 84 podios (4 más que Ayrton), 49 poles (16 menos que Senna). Sin duda Lewis Hamilton ha hecho historia este 2015 y se ha convertido en un nuevo ídolo de la Fórmula 1, pero aún le falta algo, ese algo que lo convertirá en leyenda y que le permitirá algún día copilotear un coche con Ayrton en el cielo.
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