miércoles, 26 de agosto de 2015

¿Y el Dakar dónde está?

El lunes 24 de agosto todos los amantes de los coches nos vimos sorprendidos por la noticia oficial del retiro del Perú del Dakar 2016 y el Desafío Inka 2015 (correspondiente al Dakar Series) a realizarse en setiembre. La ministra de Comercio Exterior, Magali Silva, sólo esbozó una especie de disculpa a los organizadores al manifestar que los pronósticos sobre el Fenómeno de El Niño justifican el retiro del Perú de la prueba automovilística más dura del mundo.

¿Pero hasta qué punto es cierto lo que dice la ministra o lo que afirman las autoridades peruanas? Si bien es cierto que el Perú gasta en temas operativos durante los 4 días que se desarrolla la carrera en nuestras tierras (policía, ambulancias, etc), los beneficios que trae el rally deben ser económicamente superiores (turismo, publicidad, empresas locales contratadas, etc). Imposible de medir los gastos y los ingresos del mismo y poner en una balanza sólo lo económico. Vayamos más allá.

Etienne Lavigne (Director de ASO) presentando el rally en abril de 2015.
(Foto: DPPI / ASO)
Amaury Sport Organisation (ASO) es la empresa organizadora del rally desde que este se desarrollaba en África. ¿Por qué escogieron Sudamérica tras las amenazas terroristas en el 2008? Muchos sostienen que porque sólo en Sudamérica las autoridades pueden ser tan corruptas como en África y permitir que la carrera destruya los patrimonios arqueológicos locales y ponga en riesgo la vida de sus habitantes sin ningún problema. Si seguimos especulando sobre nuestras angelicales autoridades, podríamos decir que el Dakar es organizado exclusivamente por ASO mientras que las obras de previsión del Fenómeno de El Niño pasan por manos locales. Lo más probable es que las defensas ribereñas, muros de contención y carreteras se desmoronen ante una leve llovizna. ¿Malversación de fondos? No. Mala suerte de los peruanos.

Otra opción es una básicamente política. El 2016 es un año electoral en el Perú y sin duda la campaña política estará en un punto álgido para cuando se iba a desarrollar la carrera. Este anuncio del gobierno más parece una jugada política para decirle a su población que estamos más preocupados por el Fenómeno de El Niño y sus posibles consecuencias que en una carrera de coches. Jugada maestra de Ollanta Humala, aunque no parece propia de su intelecto.

La odisea ahora será para los organizadores que deberán armar un nuevo recorrido.
(Foto: ASO)
Finalmente habría que señalar que el Fenómeno de El Niño no se presenta en las regiones del sur del país hasta los meses de febrero o marzo (la competencia era en la primera semana de enero); y la inversión del gobierno de turno puede alcanzar algunos miles de millones de dólares frente a la inversión con retorno desconocido que significa apoyar la prueba.

Nos queda esperar a ver si el Dakar vuelve en el 2017. Mientras tanto los pobres chicos de ASO tendrán que rehacer su ruta 2016. Pobres.

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